viernes, 19 de febrero de 2010

Carles Santos is the one

Ayer, desafiando al profundo aburrimiento semanal (me pregunto por qué no me habré hecho desactivadora de bombas?), fui a ver al gran Carles Santos en acción. ¡Qué hombre, qué energía! Aunque me pasé la mitad de la obra en trance, sacudiéndome píxels del trabajo, me encantó la puesta en escena, los gritos, las fuerzas telúricas reunidas en un escenario con la misión de despertar a las masas pasmadas (y yo entre ellas). Y el título: La pantera imperial. ¡Grrrrrrrr!
Este hombre con cuatro pelos y barrigudo rompe la pana. Se tira al suelo, coreografía a bailarinas culonas, toca sonatas de Bach y grita. La reacción inmediata fue que tenía ganas de desnudarme como ellos y salir a gritar yo también al escenario. Lo sé, soy un felino difícil de domesticar.
Para variar, me tocaron detrás las dos mujeres más pesadas del teatro con frases del estilo: ¿Ves algo? ¿Pero ahora se desnudan? ¿Eso del culo de la chica es un tatuaje? Señora, he venido a escucharles a ellos, no a ustedes dos. Un par de celos para estas señoras, por favor.
Y luego, eso sí que fue telúrico, desafié al chorro de lluvia y me fui a uno de mis bares ever ever favoritos, con camareros simpáticos y bocadillos de jamón rebosantes de felicidad. Y pensé, no sé qué seré de mayor, pero a día de hoy soy feliz.
Aparquemos la jodida presión que custodia nuestras almas y disfrutemos del ahora. Diversión asegurada.

3 comentarios:

una desatada dijo...

Grrr! revolquem-nos en el pentagrama i desafiem les sonoritats de la modernitat ja!

Pink pony dijo...

síiiiiiii" do-re-sol-soooooooooool!!

FURRY AND YOUNG dijo...

que bien conxón!!!!!!