lunes, 25 de febrero de 2008

Cunit city

El sr. X tiene estos golpes de ingenio: organizar comilonas, salidas en burro, excursiones a santuarios megalíticos y demás, y a mí me parece todo muy bien. Es más, todo lo que implique alejarse del narcoléptico arte de la repetición me atrae profundamante. Ya sea atracarse de mojitos a pleno sol o contar baldosas. Llega el sábado y con él el rosario de rollo-obligaciones: ronda de supermercados, panaderías, mataderos y demás establecimientos de librepensadores. Sí, es una gran ventaja tener euros en el bolsillo para disfrutar de esos hábitos burgeses, pero es que a veces me aburro de mí misma y mis pequeñas circunstancias.
En fin, el domingo se perpetró un homenaje al calçot o especie de cebolla oriunda de estas tierras santas. El ritual fue sencillo y elegante: desplazarse en un tren gratuíto hasta Cunit, buscar la calle Mayor, acomodarse en un hostal que prometía calidad, tradición y grandes digestiones. Y la verdad es que se cumplieron las expectativas. Hubo un grupito que se tomó la comida como una batalla campal contra sus jugos gástricos y se atiborró de calçots, untados con esa salsa taaan ligera, estilo lubricante. Yo, somo soy perdedora por naturaleza, me uní al grupo de los prudentes y rezagados, y me inflé moderadamente. Luego la ronda de porrones, cavas, vinos rancios, ceremas catalanas de extraña procedencia y carquiñolis acabaron de adobar la tarde. Y luego, carrera de caracoles hasta la estación de tren y reconducción al hogar.
Me lo pasé bien, me reí bastante y comprobé guan more taim que el sr. X tiene grandes ideas. A ver si mañana pongo alguna fotico.

calçotada
calçotada
calçotada
calçotada

2 comentarios:

Anónimo dijo...

You forgot Ralph Cifaretto, la dormida chez Fabra, nuestro bonito desayuno con cruasanes y todo, la ducha lluvia dorada, tu reencuentro con Charo Medina y, sobre todo, Alberto, nuestro nene de la trompeta.

Love ya,
el novio de Al Pacino.

Anónimo dijo...

Lo sé querido, pero este será otro post a parte: cómo sobrevivir a las sábanas frías en el siglo XXI. Qué felicidad dormir con el señor morsa y levantarse con la pantera rosa :)
amor a mansalva, ya sabes...